Eliseo Mejía lamenta haber dejado a su familia en la isla caribeña.
Renán Martínez | Domingo 04 de noviembre de 2012
En un cuarto de la Casa Hogar Perpetuo Socorro, Eliseo Mejía trata de rescatar de su gastada memoria los recuerdos de su juventud cuando, sin proponérselo, fue a servir a la recién estrenada revolución de Fidel Castro en Cuba.
Se distingue de los otros huéspedes del principal asilo para ancianos de San Pedro Sula por tener un porte más juvenil y un caminar rectilíneo que pasea por los corredores a sus 75 años.
Le gusta mucho el ajedrez que aprendió en Cuba, pero en el asilo solamente hay una persona con la cual puede jugarlo.