CONCHA GARCÍA
MADRID.
CREADA.21-01-2021 | 03:09 H
Hoy se cumple un siglo del estreno en Estados Unidos de la película más icónica del genio británico, quien hizo un retrato de la pobreza y la infancia a partir de su propia experiencia
Charles Chaplin y el joven Jackie Coogan huyen de un policía en una escena de «El chico»»
Tras el ruido, el humo, las nevadas, el tráfico, las sirenas, los anticiclones y las prisas que inundan las calles cada día, permanece en el imaginario un espacio de musicalidad y calma. Una experiencia que, aunque no se despoje de la inquietud que pueda suscitar cualquier sentimiento, sí provoca que las mentes se deshagan de la rutina con el único y egoísta fin de admirar una obra de arte. Es una situación que, sí, la puede provocar cualquier manifestación de la cultura. Pero hay una creación en especial que por su unicidad sobrevive y, por su mensaje, aún en una época «más moderna», ensimisma. Esa pausa intranquila es «El chico», la película por excelencia del cine mudo con la que Charles Chaplin se hizo inmortal. Se celebran 100 años de su estreno y, aunque las cosas hayan cambiado, su efecto hipnotizador aún no ha pasado de moda.
«No hay duda de que es una de las más bellas que se han hecho alrededor de la infancia», apunta a LA RAZÓN Carlos Reviriego, director adjunto y de programación de la Filmoteca Española. «El perfeccionismo y detallismo que hay en la mirada de Chaplin, su forma de poner en escena sentimientos muy universales, transparentes, prácticamente sin ambigüedades, permite que se convierta en una iconografía», y continúa: «Consigue, con una imagen memorable y sentimiento, definir el concepto de la paternidad, el abandono, la orfandad». Así, el cineasta, con su gesticulación y planos generales, alcanza escenas «extraordinariamente potentes de momentos míticos que ya forman parte de la iconografía no solo del cine, sino del siglo XX, como un gran mito cultural», explica Reviriego. Una estrategia que «no fue casual, sino que una búsqueda que, con los años, ha caracterizado su filmografía».