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29 octubre, 2006¿Sacrificios humanos en Perú?
29 octubre, 2006POR DAVID KEYS
LONDRES. Una ciudad sagrada de 1.500 años de antigüedad, en ciertos aspectos incluso más impresionante que las mundialmente conocidas ruinas incaicas de Machu Pichu, está siendo desenterrada por un grupo de arqueólogos en la cima de una montaña de 3.000 metros de altura en el norte de Perú. Las excavaciones en esa remota zona están facilitando la obtención de pruebas, posiblemente espantosas, que apuntan a que hace 1.500 años el lugar fue un centro de sacrificios humanos.Los investigadores, que trabajan cerca del pueblo de Kuelap, a unos 70 kilómetros al sur de la ciudad septentrional de Chachapoyas, han desenterrado hasta el momento 100 esqueletos humanos y docenas de esqueletos de llamas, enterrados alrededor y en el interior de la estructura de piedra de un extraño templo, situado en el corazón de una ciudad encaramada en la cumbre de una montaña.
El templo, conocido como el tintero, tiene forma de cono invertido, cuya base es mucho más estrecha que la parte superior. La torre circular de seis metros de altura tiene una base de 11 metros de diámetro, que se ensancha progresivamente hasta alcanzar los 13,5 metros en la parte superior. Aún no se ha llegado a entender del todo la manera en que fue construido. Ahora, los arqueólogos están ocupados en entender las complicadas técnicas de construcción que se emplearon y la razón por la cual después se perdieron esos conocimientos técnicos.
Además de los sacrificios de llamas y posiblemente también humanos, la divinidad del templo recibía ofrendas procedentes de numerosas zonas de Perú y de más allá. Había bellísimos recipientes de cerámica (de los cuales han sobrevivido algunos fragmentos) procedentes de hasta 1.000 kilómetros al sur y 600 kilómetros al noroeste, así como conchas tropicales originarias de la actual costa de Ecuador, a 1.000 kilómetros de distancia. La investigación arqueológica está permitiendo demostrar que el templo se empleó para hacer sacrificios y ofrendas durante 1.000 años, desde el siglo VI hasta la conquista española en el siglo XVI.
Al parecer, la ciudad de la cima alcanzó su apogeo en el siglo XI, cuando es muy probable que fuera la capital de un poderoso reino local, el de los Chillaos, perteneciente a una civilización extinguida hace mucho tiempo, conocida entre los arqueólogos como Chachapoyas (lo cual se cree que significa «Pueblo del Bosque de Nubes» en quechua antiguo).
Tenía unas 500 viviendas, una población probable de casi 3.000 habitantes, y era uno de los pocos centros del antiguo Perú con fortificaciones propias. A pesar de ser inexpugnable por su localización en la cumbre de una gran montaña, disponía de casi 1,5 kilómetros de fortificaciones de piedra enormes, una muralla de entre 10 y 20 metros de altura que rodeaba la capital. El acceso a esta impresionante ciudad se realizaba por tres estrechos pasadizos de 60 metros de longitud diseñados para repeler invasiones. La ciudad estaba erigida junto a una montaña sagrada, identificada con una diosa local y también cerca de un lago que, según una reciente investigación histórica, tuvo en su día una gran importancia religiosa. Se piensa que la ciudad acogía a un gran número de sacerdotes, así como a los ayudantes y artesanos necesarios para asistirles a ellos y a los peregrinos que sin duda acudían a la ciudad para los principales festivales.
Muchas de sus casas eran extremadamente amplias, algunas de hasta 10 metros de diámetro. El culto a los antepasados era un aspecto importante en la religión de los Chachapoyas y los arqueólogos han descubierto esqueletos de ancestros enterrados bajo muchas casas.
La excavación ha demostrado por primera vez que el lugar situado en la cima de la montaña fue una ciudad. Hasta ahora, los arqueólogos habían pensado que las casas servían simplemente de almacén de alimentos.
También se ha conocido por primera vez la verdadera antigüedad del lugar, al haber probado que es cientos de años más antiguo de lo que se había pensado.
Asimismo, se ha descubierto por primera vez un posible indicio de sacrificio humano. Aunque los arqueólogos consideren bastante probable que los esqueletos humanos del interior y de los alrededores del templo fueran víctimas de sacrificios, tendrán que esperar varios meses hasta conseguir la prueba definitiva, ya que los osteólogos no examinarán los huesos humanos hasta comienzos del próximo año. «Sólo entonces estaremos en condiciones de confirmar o descartar nuestra hipótesis actual», explica el director de la excavación, Alfredo Narváez, de la universidad de Trujillo, localidad del Norte de Perú.
La ciudad en la cima de la montaña ha permanecido desierta durante casi 500 años. Sus habitantes la destruyeron de forma ritual incendiándola hasta los cimientos cuando los conquistadores españoles les obligaron a abandonarla.
Fuente: ABC.es
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