Juliette Gréco en diez clásicos


Al cumplir 88 años, un repaso a la carrera de la gran embajadora de la canción francesa.

CARLES GÁMEZ
5 FEB 2015 – 20:29 CET

Juliette GrécoEste 7 de febrero la cantante y actriz y alma legendaria de la Chanson cumple 88 años. Gran embajadora de la canción francesa en su voz se funden los nombres de los grandes compositores y escritores del siglo XX. Una mezcla de gravedad y ligereza exhibida a lo largo de casi siete décadas sobre los escenarios. Un estilo que ha hecho historia. Repasamos su carrera en diez clásicos:

Les feuilles mortes (Jacques Prévert /Joseph Kosma)

La conjunción de la poesía de Prévert y la música de Kosma dio como resultado una de las cimas de la canción del siglo XX. El tema viajará en la voz de diferentes intérpretes como canción estandarte -Yves Montand, Cora Vaucaire- y Juliette Gréco la acabará de entronizar como gran himno romántico del Paris de postguerra. Johnny Mercer trasladó los versos de Prévert al songbook americano, «Autumn Leaves» y la canción se hizo eterna en las voces de los crooners y los músicos de jazz.

La Javanaise (Serge Gainsbourg)

Serge Gainsbourg haciendo uso de su maestría para jugar con las palabras y la melodía -quizás heredado de su amigo Boris Vian- le escribía esta canción en un momento en que la cantante buscaba nuevos compositores y nuevos aires para su repertorio. El paso del tiempo la ha transformado en un clásico y ha unido para siempre el nombre de Gréco y el de Gainsbourg.

Paris canaille (Léo Ferré)

Catherine Sauvage o el propio Léo Ferré la habían interpretado con éxito pero será en la voz de Juliette Gréco donde la canción encuentre su proyección popular y reconocimiento internacional. La composición entraba en el álbum de oro de las composiciones dedicadas a la ciudad a lo largo del siglo XX como uno los temas principales de su rica y abundante banda sonora.

Non, monsieur je n’ai pas 20 ans (Henri Gougaud/Gérard Jouannest)

Contra las trampas de la nostalgia -«yo no siento nostalgia, tengo seres vivos que viven junto a mi corazón»- la cantante proclama y afirma con vehemencia su presente y esos veinte años que no volverá a cumplir. Como ayer, como hoy, Gréco no ha perdido su actitud desafiante y ese espíritu insumiso sobre el escenario que ha acabado rindiendo al público.

Jolie môme (Léo Ferré)

Gréco volvía a bucear en el repertorio de Léo Ferré para cantar la belleza de la edad de juvenil. Y quizás de su propia adolescencia en el Paris de los años cuarenta. Ese momento en que la sensualidad se despierta en el cuerpo de una niña apenas joven ante los ojos asombrados y seducidos de los adultos que pasan por su lado.

Il n’y a plus d’après (Guy Béart)

Juliette Greco con los versos del cantante y autor Guy Béart regresaba al pasado, al viejo barrio de Saint-Germain-des-Prés, aquella Rive Gauche donde había iniciado su leyenda sobre pequeños escenarios y cabarets llenos de humo como la Rose-Rouge. Una extraña en el paraíso que ya nunca volverá a ser y el recuerdo de aquellas noches de vino y de rosas junto a Miles Davis y Jean Cocteau y los versos Prévert.

J’arrive (Jacques Brel)

Las canciones de Jacques Brel recorren el repertorio de Juliette Gréco desde los inicios del cantante siendo una de las primeras intérpretes que le dan una oportunidad grabando sus temas. Brel invoca la muerte con tono desafiante, ya la había enunciado con humor en otros temas. Gréco, no se queda atrás en este vis-à-vis o dialogo con la muerte aunque con el paso del tiempo irá dulcificando su tono. Nunca cantada por Brel en directo la cantante acabará por construirla sobre la escena.

Déshabillez-moi (Robert Niel / Gabrielle Vervaecke)

En pleno mayo revolucionario Greco continuaba su propia revolución personal. Como en el pasado, en el Paris que la coronaba como musa del existencialismo y eterna dama de negro, mostraba su espíritu inconformista, ese perfume de escándalo que le había acompañado de los primeros tiempos. Como el titulo de una de sus canciones, «je suis comme je suis», siempre fiel a un estilo.

Parlez-moi d’amour (Jean Lenoir)

Gréco incorporaba a su repertorio otro clásico de la canción francesa. Estrenada por la cantante Lucienne Boyer en 1926, la melodía ha ido viajando de generación en generación y en voces como las de Carlos Gardel, Caterina Valente, Petula Clark, Sacha Distel, Dalida, Patrick Bruel o la de la propia Gréco, ofreciendo su rostro más tierno sobre el escenario.

Ne me quitte pas (Jacques Brel)

«Mi gran arma a la hora de interpretar a Brel es que yo soy una mujer» había declarado la cantante con ocasión de su disco dedicado al músico belga. Aunque los fans más irreductibles del Brel no se lo perdonarán, frente al tono plañidero y suplicante proyectado por el cantante, Gréco se arma de coraje y de fuerza para interpretar este tema. O lo que es lo mismo, el combate femenino frente a la derrota del hombre.

Tomado de: El Pais.com

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